No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

martes, 5 de abril de 2011

LA SAGA DE GERALT DE RIVIA: EL ÚLTIMO DESEO.

           
En estos últimos días he terminado de leer el primero de los volúmenes de La Saga  de Geralt de Rivia, El ÚltimoDeseo, como primer acercamiento en mucho tiempo a la literatura épica en muchos años, y de momento, parece que ha sido un acercamiento positivo.
            En este libro, el escritor polaco Andrzej Sapkowski nos introduce en la vida del brujo Geralt de Rivia, un cazador de monstruos que se desenvuelve en un mundo con  el  clásico corte medieval de este tipo de novelas, aunque con un tinte bastante más sombrío de lo habitual. Un mundo en el que la humanidad ha ido arrebatando palmo a palmo la tierra a los monstruos que la habitaban: mantícoras, estirges, dragones… Incluso los Elfos se han apartado a los más apartados rincones, lejos de los poblados siempre en expansión de los humanos.
            En El Último Deseo, Sapkowski, a través de una serie de historias prácticamente independientes, nos presenta al protagonista de la saga, el circunspecto Geralt de Rivia y a su peculiar y  no mucho más simpática amante,  la hechicera Yennefer de Vengerberg, y para ello, recurre con acierto al mejor de los recursos: los cuentos clásicos. A lo largo de El Último Deseo,  nos encontramos con revisiones oscuras y descarnadas de historias como Blancanieves, la Bella y la Bestia o la lámpara de Aladino, versiones de estas historias que nos permiten ver cómo es y quién es el protagonista de las novelas, el brujo Geralt de Rivia.                                                                                                                    
            Realmente, el personaje no es innovador,  no deja de ser un antihéroe más, en la línea de Elric de Melniboné en las novelas de Michael Moorcock, o del hit de la literatura fantástica, el  drow Drizzt Do´Urden; el hombre marcado por su destino,  cargado de un halo fatídico. Pero hay algo en la forma de escribir del autor polaco que  engancha y empuja  a seguir leyendo,  quizá algo de origen morboso por la rudeza de sus historias o la inmensa cantidad de matices que es capaz de dibujar en sus sombras.
            Ya estoy  leyendo el segundo libro La Espada del Destino, así que…  ya  os contaré.    
                                                                                                 

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